LUPUS Y EJERCICIO FíSICO
Aquí encontrarás información sobre qué tipo de ejercicio es recomendable, la frecuencia del mismo, algunas de la preguntas más frecuentes sobre el tema, consejos prácticos y puntos que siempre debes de tener en mente.
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica que se caracteriza por alternar periodos de brotes y remisión. Puede afectar diferentes órganos tales como corazón, pulmones, riñón y frecuentemente músculos y articulaciones.
La fatiga o cansancio es uno de los síntomas más comunes y se asocia a una disminución de la capacidad para realizar actividad física, incluyendo las tareas de la vida diaria. A medida que los brotes de lupus se controlan con la medicación, es importante incorporar cambios en el estilo de vida que ayuden a reducir los síntomas y riesgos de desarrollar complicaciones.
El ejercicio físico es beneficioso para la salud de todas las personas, aún para quienes tienen enfermedades crónicas como el lupus, ya que contribuye al buen funcionamiento de los órganos del cuerpo y también de la mente. Hay programas de ejercicio que ayudan a la circulación sanguínea y funcionamiento del corazón, prevención de la osteoporosis y fracturas, capacidad pulmonar, funcionamiento de los intestinos, movilidad articular, fuerza muscular.
El ejercicio en grupo puede contribuir a la interacción social, que suele ser muy importante en personas con enfermedades crónicas como el lupus.
En personas con lupus se ha demostrado que la actividad física ayuda a disminuir la fatiga, la depresión, la ansiedad y el estrés.
Un programa de ejercicio adecuado a las condiciones físicas de cada persona también puede ayudar a mejorar la función del corazón y los pulmones, mantener un peso adecuado, mejorar la movilidad de las articulaciones, la fuerza y elasticidad de los músculos, y el fortalecimiento de los huesos.
Es importante consultar con el médico antes de iniciar o modificar un programa de ejercicio. En las personas que nunca han realizado actividad física o que tienen problemas cardiovasculares o musculo-esqueléticos, tanto el tipo e intensidad de ejercicio, como la graduación de la actividad física deben ser guiados por un fisioterapeuta o preparador físico con experiencia en enfermedades crónicas.
Para lograr beneficios, la actividad física se debe realizar regularmente y su intensidad debe ir incrementándose gradualmente de acuerdo a la tolerancia de cada persona. Para una persona ya entrenada, 30 minutos de actividad 5 a 6 días por semana serán suficientes para mantener una buena condición física. Para personas que han estado inactivas por largo tiempo, se debe comenzar con programas de ejercicios suaves y por cortos periodos, por ejemplo estiramientos por 10-15 minutos.
El ejercicio aeróbico supervisado por profesionales de la salud ayuda a mejorar la vitalidad, movilidad articular y capacidad cardiovascular. Algunos ejemplos de ejercicio aeróbico son el caminar, nadar, bailar, o andar en bicicleta. El caminar 30 minutos por día ayuda además a fortalecer los huesos. Pilates, ciertos tipos de yoga, tai chi, o estiramientos ayudan a la movilidad articular, el equilibrio y la fuerza muscular.
Consejos de cuidado y manejo
Elige un tipo de ejercicio que te guste y te haga sentir bien, de manera que puedas continuar haciéndolo a largo plazo.
Haz la actividad física a una intensidad que te permita conversar mientras la realizas. De esta manera no estarás forzando tu cuerpo a hacer actividades extenuantes que podrían ser perjudiciales a tu salud.
No olvides hacer estiramientos y descansar después de cada sesión de ejercicios.
Mantén una hidratación adecuada durante el día y toma agua antes y después de realizar ejercicio.
Si tu cuerpo no está acostumbrado al ejercicio, al principio puedes sentir cansancio o dolores leves en articulaciones y músculos. No te desanimes: los beneficios de la actividad física no se notan inmediatamente. Si realizas la actividad moderada y regularmente, incrementando gradualmente el esfuerzo, tu cuerpo se irá adaptando y te irás sintiendo mejor y más fuerte.
Es importante que te impongas metas pequeñas y alcanzables a corto plazo (semana a semana). Cuantas más metas alcances, más motivación tendrás para seguir adelante.
Si eliges caminar, puedes comenzar con 5 a 10 minutos al día las primeras 2 semanas, e ir incrementando semanalmente el tiempo y el ritmo del paso.
Hacer ejercicio con un grupo de personas en condiciones físicas similares, ayuda a mantener la motivación.
No te exijas demasiado, ya que el estrés físico puede ser perjudicial.
Evita los ejercicios de alto impacto como correr, saltar, o levantar pesas, ya que pueden producir daño en músculos y articulaciones.
Puntos relevantes para recordar
Consulta a tu médico sobre el tipo de actividad física que debes realizar y cuando puedes comenzar.
El ejercicio moderado en pacientes con enfermedad estable es seguro y mejora la fatiga y depresión.
El ejercicio ayuda a mantener las articulaciones flexibles y disminuir el dolor.
El ejercicio ayuda a prevenir la formación de placas de colesterol en las arterias y la enfermedad cardíaca.
El ejercicio previene y disminuye el riesgo de osteoporosis y fracturas.
El ejercicio mejora la respiración.
El programa de ejercicio físico debe ser gradual y supervisado.
No olvides usar protector solar siempre que realices actividad física al aire libre.
La baja actividad física y el sedentarismo en personas con lupus aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, la fatiga y la depresión.
Visita a tu médico de forma periódica para el manejo adecuado de tu lupus.
Preguntas Frecuentes
¿La actividad física puede inflamar las articulaciones?
La actividad física moderada y gradual, desarrollada bajo la guía de tu médico o de un terapista físico (fisioterapeuta) puede ayudar a disminuir la inflamación y mejorar la movilidad de las articulaciones.
Los ejercicios en agua templada son particularmente beneficiosos para disminuir los dolores y mejorar la movilidad articular.
¿Tengo dolor intenso en las articulaciones, puedo hacer ejercicio?
Si presentas dolor o rigidez importante en las articulaciones mientras haces ejercicio, es posible que estés haciendo movimientos inadecuados o fuerza excesiva. Debes detener la actividad y consultar con tu médico.
Si presentas dolor articular intenso sin haber hecho ejercicio, debes consultar con tu médico para que evalúe el problema y guíe el manejo.
¿Tengo Lupus y me encuentro con fatiga, puedo hacer actividad física?
La fatiga es un síntoma común que va limitando la actividad de las personas con lupus. Si la fatiga no es extrema y no está asociada a un brote de la enfermedad, el ejercicio moderado y gradual resultará beneficioso. Algo tan sencillo como salir a caminar todos los días con un familiar o amigo por un parque o lugar agradable, puede aumentar tu vitalidad y ser de gran beneficio para tu cuerpo y tu estado de ánimo.
Los ejercicios en el agua también son beneficiosos para personas con fatiga.
Recuerda consultar con tu doctor antes de comenzar el ejercicio y usar protector solar si lo haces en lugares descubiertos.
Si la fatiga es extrema o asociada a un brote de lupus debes consultar con tu médico.
¿Estoy embarazada, puedo realizar ejercicio?
El embarazo en las mujeres con lupus se considera de alto riesgo. Sin embargo, cuando el embarazo es bien planeado y supervisado con el equipo médico, el riesgo de complicaciones se reduce significativamente. Habla con tu médico para evaluar si puedes realizar ejercicio durante tu embarazo.
¿Si tengo dolor intenso en LA cadera, debo continuar con los ejercicios?
Si tienes dolor que no mejora, consulta de inmediato con tu médico, especialmente si tomas corticoides. Evita los ejercicios de alto impacto, como correr y levantar pesas.
¿las mujeres con lupus Tenemos más riesgo de osteoporosis?
Tanto el lupus como ciertos medicamentos utilizados para su manejo, pueden aumentar el riesgo de osteoporosis (pérdida de masa ósea) y de fracturas relacionadas con osteoporosis. Ciertos tipos de ejercicio ayudan a prevenir la osteoporosis.
¿Qué tipo de ejercicio ayuda a fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis?
Las personas con lupus tienen más riesgo de debilitamiento de los huesos u osteoporosis. Cuando la osteoporosis es importante, existe un riesgo aumentado de fracturas de los huesos de la columna, caderas y muñecas. Si tienes osteoporosis o huesos débiles, los siguientes consejos pueden ser de ayuda:
Ciertos tipos de ejercicio, por ejemplo caminar 30 minutos por día, bailar, subir escaleras o trabajar en el jardín ayudan a fortalecer los huesos.
Los ejercicios de equilibrio y postura (tai-chi, y algunas posturas de yoga) ayudan a evitar las caídas que pueden ocasionar fracturas de los huesos.
A menos que estés entrenado adecuadamente, evita ejercicios que fuercen los movimientos de tu columna vertebral, como doblarse hacia adelante (tocar los dedos de los pies con las manos) o curvar la columna en arco hacia atrás. Este tipo de movimientos en personas con huesos frágiles u osteoporosis podrían aumentar el riesgo de fracturas vertebrales. El golf, tenis, bolos y algunas posturas de yoga no son recomendables para las personas con osteoporosis.