Lupus, emociones y estrés

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El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica que cursa con periodos de exacerbación (actividad o recaídas o brotes) y remisión (lupus dormido o inactivo).

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En algunas personas, el lupus afecta al sistema nervioso central (cerebro y medula espinal) causando desde alteraciones emocionales y del estado de ánimo, hasta trastornos de memoria, psicosis, convulsiones o accidentes cerebrovasculares. 

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No hay manera de predecir quien padecerá lupus del sistema nervioso central, pero ciertos factores ambientales pueden influir en la aparición de las manifestaciones neuro-psiquiátricas. Aquí nos referiremos a cómo el lupus se relaciona con las emociones y el estrés.

Nuestro cerebro normalmente produce sustancias (neurotransmisores) que varían si nuestros pensamientos o emociones son positivos o negativos. 

Esas sustancias se comunican con el sistema inmune para aumentar o disminuir las respuestas de sus células (glóbulos blancos).

Por otro lado, el sistema inmune de una persona con LES, puede causar cambios inflamatorios o de otro tipo en el cerebro, causando síntomas del sistema nervioso central. Esta comunicación permanente entre el cerebro y el sistema inmune conduce a que, por un lado, las emociones negativas y el estrés puedan activar al lupus; y que, por otro lado, el lupus activo también pueda ocasionar cambios en los estados de ánimo y emociones negativas.

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Emociones: las emociones son reacciones que todos experimentamos al relacionarnos con nuestros semejantes y el medio ambiente en general. Las emociones positivas, como la alegría, la satisfacción, la gratitud nos hacen sentir bien. Las emociones negativas, como el miedo o la ira, son respuestas fisiológicas que pueden ayudar a resolver una situación de estrés agudo (ejemplo, huir del peligro o pelear para defendernos), o aquellas como la tristeza, nos ayudan a aceptar una pérdida (ejemplo, la pérdida de un ser querido, la pérdida de la salud).

Sin embargo, cuando las emociones negativas se instalan como la respuesta habitual a los estímulos de la vida diaria, o cuando no son balanceadas por emociones positivas, pueden causar la pérdida del bienestar emocional y de la salud mental.

Estrés: el estrés es algo bastante habitual en nuestra vida cotidiana. Todos nos hemos enfrentado en algún momento a una situación que nos lo ha generado y puede ser provocado tanto por una situación triste como alegre. El problema aparece cuando no somos capaces de controlarlo y se prolonga en el tiempo, influyendo en nuestra vida cotidiana y en nuestra salud. El estrés propicia, por ejemplo, conductas adictivas como el consumo de tabaco y alcohol y también cambios en los hábitos saludables como la falta de ejercicio físico o cambios en los hábitos alimenticios.

En las personas con LES, el estrés puede de por si disparar respuestas inmunes que propician que la enfermedad se active, o puede generar pensamientos y emociones negativas persistentes que dificultan el control adecuado del lupus.

Por eso, saber reconocer las emociones negativas y aprender a controlarlas a través de un estilo de vida saludable son fundamentales para lograr el bienestar emocional y para un mejor control del lupus. 

PREGUNTAS FRECUENTES

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¿Cómo reconocer si tengo depresión o ansiedad, y qué hacer?

Depresión: si frecuentemente te sientes triste, lloras, te sientes desesperanzado/a o piensas que tu vida no tiene sentido; si dejas de hacer las cosas que normalmente te agradaban; si no puedes dormir bien o no tienes apetito; puede ser que tengas depresión. La depresión se puede tratar de muchas maneras, ya sea con medicación o con terapia del comportamiento. Habla con tu médico o busca ayuda con un psicólogo o psiquiatra con experiencia en enfermedades autoinmunes para que te ayuden a lograr o recuperar tu bienestar emocional. 

Ansiedad: si te preocupas demasiado por las situaciones de tu vida diaria, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse; si el lidiar con el día a día te agobia y piensas que las cosas siempre saldrán mal; si no puedes concentrarte porque las preocupaciones y los pensamientos negativos te invaden, si no puedes dormir bien o te despiertas de madrugada pensando en problemas que aun no se han presentado, si tu mente salta de un problema a otro, puede ser que tengas el síndrome de ansiedad generalizada (o ansiedad). La ansiedad se puede tratar de muchas maneras, ya sea con medicación o con terapia del comportamiento. Habla con tu médico o busca ayuda con un psicólogo o psiquiatra con experiencia en enfermedades autoinmunes para que te ayuden a lograr o recuperar tu bienestar emocional. 

¿Puede el lupus activarse ante una situación de estrés o si estoy con depresión o ansiedad?

El lupus puede activarse de muchas maneras, por ejemplo ante estrés emocional o físico agudo (muerte de un ser querido, perdida del trabajo, mudanza, operación quirúrgica). Además, cuando respondemos a los estímulos de la vida diaria con emociones negativas persistentes que nos llevan a la depresión o la ansiedad, el lupus es más difícil de controlar, o incluso puede reactivarse.

¿Cómo puedo modificar mi estilo de vida para ayudar a mi bienestar mental?

La actividad física regular y la meditación estimulan la producción de sustancias en el cerebro que contrarrestan las emociones y pensamientos negativos. Por eso, puedes ayudar a mantener o recuperar tu bienestar mental a través de los siguientes hábitos de vida: 

- Realiza alguna actividad física que te guste (por ejemplo, yoga, bicicleta, pilates, taichí, baile, natación) de manera regular. Habla con tu médico para decidir qué tipo de actividad física y qué intensidad son recomendadas para ti. 

- Incorpora la meditación, visualización, oración, o relajación como un hábito diario.

- Realiza actividades recreativas o sociales que te interesen, como escuchar música, cantar, reunirte con amigos, ir al cine, participar de un voluntariado para ayudar a otras personas.

Qué y cómo comemos son fundamentales para la salud física y mental. Por eso es importante que te alimentes saludablemente, disfrutando lo que comes, y que no fumes ni recurras al alcohol para controlar el estrés.