Alimentación y Nutrición

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Si haz sido diagnosticado con lupus probablemente sabes que la mejor forma de controlarlo es estar bien informado, seguir las indicaciones del médico y llevar una vida sana para evitar las recaídas.

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Una buena nutrición es fundamental para vivir bien

Aquí te daremos algunas recomendaciones generales sobre una alimentación sana y consejos alimentarios para reducir el riesgo de problemas frecuentes en el lupus, como las complicaciones cardiovasculares.

Aunque no hay una dieta específica para las personas con lupus, es importante que hables con tu reumatólogo y nutricionista sobre los ajustes dietéticos necesarios para mejorar tu salud.

Tu médico y nutricionista tendrán en cuenta qué órganos están afectados por la enfermedad, si tienes otras enfermedades asociadas, los efectos secundarios de los medicamentos, las interacciones de la medicación usada, tu actividad física y preferencias alimentarias.

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Todo lo que comes y bebes es importante para tu salud, por eso es muy importante aprender cómo comer sano de acuerdo a las preferencias, cultura y presupuesto de cada uno.

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Pirámide alimentaria de la Dieta Mediterránea. En la base de la pirámide están los alimentos de origen vegetal, que proporcionan nutrientes fundamentales; por lo tanto son necesarios en mayor proporción y frecuencia que otros alimentos. En la zona central y superior están los alimentos que deben ingerirse con moderación y ocasionalmente.

Para una buena nutrición es importante una alimentación variada y balanceada, en horarios regulares sin omitir el desayuno y con un ingreso de calorías para mantener el peso adecuado a cada persona. 

Los alimentos aportan diferentes tipos de nutrientes esenciales para el crecimiento y para el funcionamiento normal del cuerpo. Los nutrientes esenciales se clasifican en carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua. Aquí te explicaremos para qué sirven cada uno de estos nutrientes y en qué tipo de alimentos se encuentran.  

  • Las proteínas: están formadas por aminoácidos, los cuales son pequeños compuestos necesarios para el crecimiento y la reparación de los tejidos. Los alimentos de origen animal como la carne, el pollo, el pescado, la leche y los huevos son ricos en proteínas. También algunos productos de origen vegetal son buenas fuentes de proteínas, como los cereales o las legumbres.

  • Los carbohidratos (o hidratos de carbono): son una fuente importante de energía. El arroz, el maíz, el trigo, las papas o patatas son ejemplos de alimentos ricos en hidratos de carbono. Los azúcares no son alimentos esenciales. Aportan energía (calorías), pero no nutrientes. Por ello se les denomina comida calórica vacía.

  • Las grasas y los aceites: las grasas y los aceites, es decir, los lípidos, constituyen una fuente de energía concentrada. Las grasas permiten la absorción de ciertas vitaminas lo que es fundamental para el funcionamiento de órganos vitales, forman parte de todas las células del organismo y ayudan en el mantenimiento de la temperatura corporal.

Hay dos tipos de grasas: saturadas e insaturadas. Las primeras se presentan en forma sólida y suelen ser de origen animal (en muchas dietas típicas la grasa de la carne de res/vaca, puerco/cerdo y pollo/aves es la más habitual). Se sabe que las grasas saturadas pueden aumentar los niveles de colesterol en sangre. El colesterol es una sustancia elaborada por el organismo, es decir está presente en el cuerpo aunque no se incluya en la dieta. El colesterol ayuda en la formación de sustancias digestivas. Sin embargo, su exceso provoca que se formen depósitos en las paredes de las arterias y las hace más estrechas. Esto puede provocar problemas cardiovasculares importantes.

Por ser el lupus una enfermedad inflamatoria crónica, el riesgo de daño en las arterias y corazón es 5 a 10 veces más alto que la población general. Para reducir este riesgo es importante disminuir el consumo de grasas de carne de vaca, pollo o cerdo/puerco y consumir en cambio grasas tipo omega 3. Las grasas omega 3 se encuentran en el pescado (atún, salmón, sardina, bonito), en los mariscos, las almendras y nueces.

  • Los minerales: se encuentran en diferentes tipo de alimentos y en general es sencillo obtener las cantidades diarias necesarias de la mayoría de los minerales si se tiene una dieta diversa y balanceada. La principal excepción es el hierro en niños menores de cuatro años, en mujeres adolescentes y en edad reproductiva. Para estos grupos, los requerimientos de hierro son mayores a los que aporta una dieta normal. Fuentes ricas en hierro son la carne –especialmente el hígado–, las verduras verdes y la yema de huevo.

Otro mineral importante en las personas con lupus es el calcio. Todas las personas necesitan calcio para el desarrollo de los huesos y de los dientes. Aunque las principales fuentes de calcio son la leche y el queso, la ingesta recomendada de estos alimentos no es suficiente para aportar las cantidades necesarias de calcio en personas con lupus. Por eso el aporte suplementario de calcio suele ser necesario en pacientes con lupus, sobre todo en quienes reciben corticoides. 

  • Las vitaminas: Todos los organismos vivos necesitan vitaminas para crecer y estar saludables. El cuerpo humano no puede elaborarlas, con lo cual deben ser obtenidas a partir del alimento. Cuando la dieta incluye suficiente variedad de alimentos, un individuo sano no precisa tomar suplementos vitamínicos, excepto en algunas circustancias especificas.

Cada vitamina tiene su función específica, y tanto la falta como el exceso de algunas vitaminas puede interferir con la función de los órganos y tejidos. Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos: liposolubles e hidrosolubles.

Vitaminas liposolubles: Son las vitaminas A, D, E y K. Se digieren y absorben con ayuda de la grasa incluida en la dieta y pueden ser almacenadas en el tejido graso y en el hígado durante largos periodos de tiempo. Por eso, el consumo en exceso de vitaminas liposolubles puede ser perjudicial. 

  • Vitamina A: es necesaria para fortalecer los huesos, poseer una buena visión y conservar una piel saludable. Se encuentra en las zanahorias y calabazas, la leche y mantequilla, la yema de huevo y el hígado de mamíferos, aves y peces grasos.

  • Vitamina D: ayuda a que el calcio forme huesos y dientes fuertes y también ayuda al sistema inmune. Podemos encontrar esta vitamina en los pescados grasos (como arenques y sardinas), los aceites de hígado de estos pescados, la leche entera y las grasas de la leche (como el queso, la mantequilla y la nata). La exposición moderada al sol contribuye a que la vitamina pueda sintetizarse, por el propio organismo, en la piel. Las personas con lupus a menudo necesitan suplementos de esta vitamina, ya sea porque no pueden exponerse al sol o porque los corticoides interfieren con su absorción.

  • Vitamina E: actúa como antioxidante, lo que reduce los fenómenos de envejecimiento celular. Podemos encontrar vitamina E en alimentos de origen vegetal (como en los aceites de frutos y semillas, por ejemplo aceite de oliva, de girasol, etc.), en el germen de cereales y en la yema de huevo. No suele ser necesario un aporte adicional.

  • Vitamina K: es esencial para la formación de la protrombina, una sustancia que participa en la coagulación de la sangre, importante mecanismo que tapona las lesiones de los vasos sanguíneos deteniendo las hemorragias. Estas vitaminas se encuentran en pequeña cantidad en las espinacas, coles o repollo, broccoli, colifor, tomates y en algunas frutas.

Vitaminas hidrosolubles: Son las vitaminas de los grupos B y C. Las primeras se encuentran en los cereales y ayudan en el mantenimiento de la piel y en el buen funcionamiento del sistema nervioso. La vitamina C o ácido ascórbico, es necesaria para la formación del tejido conjuntivo que mantiene unidas a todas las células, ayudando a que los dientes y los vasos sanguíneos estén sanos. La vitamina C se encuentra en cítricos, papaya, tomates. Las vitaminas hidrosolubles no son almacenadas en el organismo durante mucho tiempo, por eso es necesario tomarlas diariamente en cantidades suficientes. 

  • El agua: es un elemento imprescindible para la vida. Es el componente principal de la célula y resulta fundamental en muchas reacciones químicas, así como en el transporte de nutrientes, la regulación de la temperatura corporal y la eliminación de los desechos. Supone aproximadamente el 60% del peso corporal del adulto. Las necesidades orgánicas de agua se pueden satisfacer de formas variadas: agua como tal, bebidas o a través de los alimentos (por ejemplo, las frutas pueden tener un contenido en agua superior al 90%)

¿Cómo debo combinar los alimentos para tener una alimentación sana y nutritiva? 

Una buena alimentación incluye vegetales, granos, proteínas, frutas, lácteos y agua. En este plato puedes ver las proporciones de cada tipo de alimento que se recomiendan diariamente para una alimentación sana y balanceada en personas sin diabetes ni problemas renales. 

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Advertencia: Si tienes diabetes, problemas renales, hepáticos, o del corazón, debes comer y beber de acuerdo a las recomendaciones de tu doctor y nutricionista.

Frutas y Vegetales: Asegúrate que la mitad de tus alimentos sean verduras y frutas (½ plato). Estos alimentos aportan vitaminas, minerales, fibras, azúcares naturales y agua. ¡Mejor aún, si las frutas y verduras son frescas, variadas y de la estación!  Las papas fritas no cuentan como vegetales. Come vegetales en ensaladas, guisos o sándwiches. Si comes verduras congeladas y enlatadas, busca “sodio reducido” o “sin sal añadida” en la etiqueta. Varía tus vegetales y asegúrate que comes vegetales de color verde oscuro, rojo y anaranjado.

Granos: Al menos ¼ de tus alimentos deben ser granos integrales e intactos para tener un buen aporte de fibras, minerales y vitaminas.

El trigo integral, arroz integral, cebada, maíz, avena, quinoa y las comidas preparadas con estos ingredientes son mucho más saludables que los granos refinados, porque aportan fibras que ayudan a reducir el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Además, los granos integrales e intactos no se convierten en azúcar como el pan blanco, arroz blanco, y otros granos refinados. Restringe los cereales procesados y azucarados.

Proteínas:  Sólo un cuarto de tu plato debe ser de proteínas.

Elige carnes blancas (pescados, pollo sin piel ni grasa), legumbres (porotos, frijoles, lentejas) nueces y avellanas como principales fuentes de proteínas. Reduce las carnes con mayor contenido de grasas (carnes rojas, fiambres, tocino, salchichas, chorizos.  

Lácteos: limita la leche y el yogurt a una o dos porciones al día y escoge lácteos con bajo contenido de grasas saturadas, o leche y yogurt sin grasas (soya o almendras).

Aceites: Escoge aceites de oliva, canola, soya, maíz, girasol o uva.  

Agua: Bebe un vaso de agua con cada comida, entre cada comida, y antes, durante y después de hacer ejercicio.

Advertencia: El médico puede indicar a personas con algunas enfermedades del corazón, riñones, hígado, o glándulas suprarrenales que limiten la cantidad de líquido que toman.

Lupus, obesidad y enfermedad cardiovascular

Debido a los efectos de los corticoides sobre el peso y a la inactividad física, muchas personas con lupus pueden encontrar difícil mantener un peso adecuado.

Es importante entender que, en las personas con lupus, la obesidad puede asociarse a mayor actividad o brotes, mayor depresión, así como a mayor fatiga y dolor. La obesidad también aumenta el riesgo de diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. 

Dado que el lupus es una enfermedad inflamatoria crónica y la inflamación se asocia a mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, el lupus de por sí aumenta el riesgo de daño en las arterias y corazón.

La obesidad puede contrarrestarse con medidas dietéticas y ejercicio. Aquí te daremos algunos consejos sobre alimentos que debes evitar y aquellos que puedes comer para disminuir el riesgo de obesidad y de enfermedad cardiovascular.

¿Qué alimentación puede ayudar a combatir la obesidad y a proteger mi aparato cardiovascular?

Los alimentos con alto contenido de grasas de origen animal, grasas transaturadas, sal y azúcar aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares obesidad y diabetes.

Por eso, es importante evitar o restringir el consumo de los siguientes alimentos o bebidas:

  • Carnes rojas (vaca/res, cerdo/puerco, embutidos)

  • Manteca o grasa de cerdo, mantequilla y crema de leche

  • Margarinas vegetales y alimentos procesados que contienen grasas transaturadas

  • Pasteles, hojaldres, galletas, barras de granola

  • Helados y postres congelados

  • Chocolate y dulces

  • Papas fritas, nachos y otras comidas rápidas

  • Bebidas con alcohol

  • Gaseosas o sodas, incluyendo las dietéticas

  • Bebidas azucaradas calientes o frías

  • Bebidas deportivas y energéticas

Come más alimentos que contengan ácidos grasos tipo omega 3, los cuales ayudan a la salud del corazón y además tienen propiedades anti-inflamatorias:

  • Pescado: atún, salmón, sardina, caballa, bonito, trucha, arenque y anchoas

  • Almendras, nueces, maníes o cacahuates naturales (sin sal), soja, lentejas y garbanzos

  • Aguacate o palta

  • Semillas de chía (salvia) y lino

La pirámide que mostramos arriba muestra la proporción y tipo de alimentos recomendados para una alimentación saludable. ¡Recuerda mantenerte hidratado, restringir la sal, evitar las bebidas alcohólicas, no fumar, y hacer ejercicio son todos factores importantes para mantener la salud cardiovascular y el peso adecuado! 

Puntos relevantes a recordar

  • No hay una dieta específica para el lupus.

  • Es recomendable mantener una dieta variada, balanceada y regular para ayudar a mejorar su salud.

  • Habla con tu equipo de salud sobre tu alimentación y actividad física. Ante cualquier duda sobre lo que debes o no consumir, y qué tipo de ejercicio es adecuado para ti, consulta a tu médico, nutricionista y fisioterapeuta.

Consejos de cuidado y manejo

  • Consume verduras y frutas crudas, prefiere carnes blancas (pollo sin piel ni grasas o pescado).

  • Restringe la sal en las comidas.

  • Mantén una buena hidratación, haz ejercicios regularmente (caminatas, aeróbicos), evita las bebidas alcohólicas y no fumes.

  • No es recomendable el uso de sustancias herbales o complementarias por la posibilidad de interferencia en la acción de sus medicamentos

Preguntas frecuentes

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¿Existe una dieta para el lupus?

A pesar de lo que digan ciertos sitios en el Internet, no hay una dieta especial para el lupus. Algunos estudios han sugerido que la alfalfa debería evitarse porque podría activar el lupus, sin embargo, los datos no son concluyentes. 

¿Qué debo comer?


Tu alimentación debe ser variada contener carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales, para lo que debes comer frutas, verduras, carnes (blancas de preferencia) y debes ingerir abundante agua. 

¿Qué no debo comer?


Reduce las carnes rojas, la sal, los dulces y las grasas de origen animal. Todo eso te ayudara a proteger tu corazón, a contrarrestar la obesidad, la hipertensión y la diabetes. 

¿Hay algún alimento en particular que ayude a la salud de las personas con lupus?


Estudios recientes sugieren que los alimentos ricos en aceite omega 3 o suplementos de aceite de pescado, pueden mejorar la fatiga y la actividad de la enfermedad en personas con lupus eritematoso sistémico. 

¿Puedo tomar suplementos herbales o nutricionales? 


Los suplementos herbales y nutricionales de venta libre pueden no contener lo que mencionan como ingredientes o pueden contener cantidades desconocidas de ingredientes. A falta de evidencias de sus beneficios en el lupus, NO debes tomar ningún suplemento sin consultar antes tu médico.

¿Debo tomar suplementos de vitamina D? 


Es común que las personas con lupus tengan niveles reducidos de vitamina D. Debido a sus efectos beneficiosos sobre los huesos y el sistema inmune, los suplementos de vitamina D pueden ser necesarios en personas con lupus. Por otro lado, debido a que la vitamina D se acumula en el cuerpo, su exceso puede tener efectos nocivos en la salud. Por eso debes hablar con tu doctor para que mida los niveles de vitamina D en tu sangre y te indique suplemento solo si fuera necesario. 

¿Puedo usar medicamentos o productos para adelgazar o para cortar el apetito?


La mayoría de los medicamentos y productos de venta libre promocionados como adelgazantes o reguladores del apetito tienen sustancias nocivas para la salud que pueden causar daño importante en las personas con lupus. Por eso NO debes tomar ningún medicamento o producto de venta libre sin haber consultado antes tu médico tratante.

¿Cómo puedo hacer para contrarrestar el aumento de peso que causan los corticoides? 


Los corticoides son necesarios para controlar la inflamación causada por el lupus, pero también pueden causar aumento del apetito y aumento de peso como efectos secundarios. Una vez que se logra reducir y suspender los corticoides, esos efectos secundarios desaparecen. Los médicos con experiencia en lupus conocen esos efectos secundarios y por eso usan la menos dosis de esteroides y por el menor tiempo necesarios para controlar los brotes e inflamación en cada paciente. Tu médico también puede usar medicamentos como la hidroxicloroquina, cloroquina o azatioprina para ayudar a reducir los corticoides, y manejara la reducción de los corticoides de manera progresiva, evitando así la aparición de un nuevo brote. Por eso, debes hablar del plan terapéutico con tu médico para que entiendas como y cuando se irán reduciendo los corticoides. Es importante que entiendas que tu NO puedes reducir los esteroides sin consultar con tu médico.